Tenemos los resultados de la investigación 2012 acerca de las relaciones románticas, la cual convocó aproximadamente 600 personas que estaban en cursos universitarios, de quienes se enteraron a través de las redes sociales (Facebook, Twitter y Linkedin) tanto en Santiago como en regiones, y de los invitados personalmente a participar a través de encuestadores.
Actualmente están en nuestras manos los primeros resultados del estudio, con los cuales he podido generar una visión acerca del desarrollo de las relaciones románticas en nuestro contexto local, considerando que aún seguimos investigando y durante el año 2013 realizaremos estudios más individualizados en el naciente Laboratorio de Relaciones Interpersonales y Psicología Evolucionaria de la Escuela de Psicología de la U. de Santiago.
Resultados del proyecto FONDECYT Iniciación #11110439 “Diferencias Sexuales en el Cortejo: Influencia del Apego, Valor como Pareja y Afectividad en los Celos”
En primer lugar, tal como recordarás, el objetivo de la investigación era conocer distintos aspectos asociados a las relaciones interpersonales y de pareja, tanto a nivel afectivo y personal, como en términos del rol que juegan las otras personas cercanas a uno en condiciones normales y situaciones muy específicas de conflicto. Es así como se buscaba indagar acerca de cómo nos comportamos, pensamos y sentimos cuando alguien nos atrae, estamos saliendo, iniciamos un romance, establecemos una relación comprometida, tratamos de mantener una relación estable, o bien cuando se producen conflictos, problemas o quiebres en la relación.
La conformación del grupo de estudio fue de un 25% de hombres y un 75% de mujeres, y del total de participantes para los análisis definitivos un 60% de la muestra es universitaria y un 40% proviene de la comunidad general. Dentro del grupo total de participantes, tenía pareja un 64% de ellos quienes llevaban en promedio 3.8 años de relación. En términos de experiencia con relaciones de pareja, la mayoría de las personas salía con una sola persona (71%), y solo un 19% del grupo de participantes nunca ha salido seriamente con alguien.
El promedio de edad de todos los participantes es de 27 años y medio, habiendo tenido un inicio sexual un 87% del grupo, con un promedio para la edad de inicio de 16.4 años.
En el grupo estudiado existe prácticamente total conocimiento del amor romántico, ya que un 91% de los participantes señaló haberse enamorado alguna vez, la mayoría de las personas (74%) manifestó ser entre nada y un poco celosas, el 58% habría engañado a una pareja alguna vez y un 55% señaló que habría sido engañado por una pareja alguna vez. Dentro de este último grupo, el 57% de los engañados terminó la relación producto de la traición y un 45% perdonó la situación.
Finalmente, en términos de conformación socioeconómica, prácticamente un 80% de la muestra es de nivel medio (incluyendo medio-bajo y medio-alto), con menos de un 3% proveniente del estrato bajo y alto respectivamente.
A continuación el detalle de los resultados de apego, valor como pareja y celos.
Apego Relacional
Una variable psicológica que juega un rol fundamental en las relaciones interpersonales es el apego relacional, o la forma mediante la cual las personas establecen vínculos de amor y se relacionan con las personas más cercanas a uno, sean estos amigos, familiares, o una pareja romántica. El principal resultado del estudio fue comprobar que al igual que en países desarrollados, norteamericanos y europeos, más de la mitad de los participantes de nuestra investigación tienen un apego relacional de tipo seguro en sus relaciones (51% de los hombres y 57% de las mujeres), es decir se sienten bien con la proximidad afectiva, comparten sus sentimientos, se apoyan y confían en sus seres cercanos y pueden recibir cariño físico y el afecto necesarios para sentirse seguros ante el mundo.
Dentro de las dimensiones del apego relacional se comprobó en la muestra que la cercanía y la dependencia van asociadas positivamente, es decir, quienes tienen mayor intimidad en sus relaciones también dependen de las personas en un sentido positivo, de contar y apoyarse con quienes se tiene un vínculo más estrecho. Asimismo, el estar vinculado íntimamente a otro, al ir desarrollando niveles altos de dependencia, podría asociarse con menores niveles de “ansiedad”, ya que se está cercano al otro significativo y quienes tienen relaciones íntimas satisfactorias no buscan sólo aceptación, necesariamente. La evitación, o el no involucrarse en las relaciones y escapar cuando otros se acercan demasiado, se asocia positivamente con ansiedad, pero tal como se esperaba, es opuesta a la cercanía y la dependencia.
De igual forma, dentro de las categorías tradicionales del apego relacional y respecto de los celos, encontramos que aquellas personas que tienen un estilo relacional ansioso, es decir, quienes temen ser abandonadas o buscan solo ser aceptadas en sus relaciones, son quienes declaran ser más celosos en el ámbito romántico. Mientras que aquellas personas que tienen una dependencia alta de tipo positiva en sus relaciones, quienes se apoyan y cuentan con los otros significativos, son quienes se declaran menos celosos. Esto confirma las hipótesis que se planteaban, de una relación inversa entre celos y dependencia del apego, y una relación directa entre ansiedad y celos.
Finalmente, a modo de conocer mejor los componentes afectivos asociados al apego relacional, encontramos que la cercanía y la dependencia se asocian directamente a una mayor afectividad positiva (tener sentimientos positivos en general) y esta relación es inversa a los valores de afectividad negativa (a mayor cercanía y dependencia de las relaciones, menores son los sentimientos negativos de las personas). De la misma manera, a mayor ansiedad por ser aceptado y evitación del contacto íntimo, mayores son los sentimientos negativos que presentan los participantes en general, y menor es la afectividad positiva.
Valor de Pareja
El valor de pareja es una variable que se ha estudiado en el último tiempo en el área de las relaciones románticas, debido a que sin que necesariamente nos evaluemos intencionadamente todo el tiempo, la investigación ha mostrado en reiteradas ocasiones que los seres humanos nos asociamos con personas similares o parecidas, mucho más que lo que dice el mito popular que “los opuestos se atraen”.
Es así como en el ámbito de las relaciones románticas, los estudios de la década de los ‘70 u ‘80 en adelante, han mostrado que las personas se sienten atraídas, salen seriamente y se constituyen en pareja más formalmente, con personas que son similares a uno mismo, no solo en términos de atractivo físico, forma de ser, pensar, nivel de estudios, valores, etc., sino también en términos del lugar que ocupan en su grupo social en general, en términos de popularidad, educación y liderazgo, por ejemplo.
Los resultados de esta investigación incorporaron diversas medidas del valor de pareja, entendido este concepto como la autopercepción de cuánto vale uno como potencial pareja romántica para otras personas, y en relación con los pares y las otras personas con las cuales “competimos” en el mercado de las parejas.
En primer lugar, los componentes del valor de pareja se asociaron de forma positiva con el atractivo que reportaron las personas respecto de sus pares, sus niveles de afectividad positiva, así como con el atractivo de la pareja (aunque esta última asociación fue más baja). Es decir, el atractivo de los participantes en comparación con sus pares está directamente asociado con las dimensiones del valor de pareja que explicaremos más adelante, y tal como se esperaba, el valor de pareja propio de los participantes se asocia con el atractivo de la pareja relativo a otras personas de su misma edad y sexo. Esto reflejaría que las personas que se encuentran atractivas también consideran que sus parejas son atractivas.
Dentro de los componentes del valor de pareja en estudio, el primero de estos componentes “éxito con el sexo opuesto” se relacionó directamente con otra medida del valor de pareja, y con cómo se evalúa uno en términos de salud, atractivo físico, cutis y estado físico, tanto en el presente como en el futuro. Asimismo, los componentes que representan “que tan sexy es uno” y “que tan adinerado nos mostramos”, se relacionaron directamente con cómo se autoevaluaron los participantes en el momento presente y con cómo esperan estar a futuro. Finalmente, el componente de “orientación a la paternidad o maternidad” de los participantes, se relacionó positivamente con el valor de pareja medido con otro cuestionario.
Ahora, al relacionar la prevalencia de celos de los participantes en relación con sus componentes del valor de pareja, nos encontramos que la “popularidad social” y el tener muchas “actividades sociales” se relaciona negativamente con los niveles de celos de los participantes. Mientras que las dimensiones de “que tan sexy es uno” y la “orientación a la paternidad o maternidad” se relacionaron positivamente con los niveles de celos (qué tan celoso es uno). Por otro lado la reactividad a los celos es mayor en quienes puntuaron bajo en el componente del valor de pareja “popularidad” y en quienes puntúan alto en “orientación a la paternidad o maternidad”.
En conclusión, respecto de los componentes del valor de pareja se pudo confirmar que en condiciones normales y a través de los cuestionarios autoevaluados, las personas tienen una percepción clara de su valor como pareja, pese a no estarlo evaluando abiertamente al iniciar o decidir establecerse formalmente en sus relaciones de pareja, y en general, los componentes del valor de pareja se ajustan a lo que uno busca y obtiene en su contexto social más inmediato.
Reactividad a situaciones que provocan celos
El cuestionario de celos que utilizamos en la investigación corresponde a un largo listado de situaciones que diversos estudios relacionan con circunstancias que provocan celos dentro de una relación de pareja. Algunos de estos escenarios son muy explícitos, como que la pareja tenga relaciones sexuales, se enamore o establezca una relación íntima por webcam con otra persona, o situaciones de menor intensidad, pero que también activan la emoción de celos, como que la pareja admire mucho o alabe abiertamente el atractivo de una persona famosa.
Los celos han sido entendidos desde la psicología como una emoción que surge al percibir que estamos en riesgo de perder un objeto o una relación valorada. Todas las personas tienen el potencial de experimentar celos, no solo en el contexto de una relación romántica, sino también en los vínculos de amistad, familiares y otras situaciones de pertenencia social.
Respecto de los resultados de la investigación en términos globales, confirmamos un hallazgo general que caracteriza a las mujeres como muchísimo más celosas que los hombres. Asimismo, también se pudo observar una disminución de los celos asociada al aumento de la edad, específicamente respecto de conductas que podrían ser interpretadas como sospechosas o infieles.
El tiempo que las personas llevan en su relación de pareja se asoció inversamente a los celos, mostrando principalmente que la dimensión de celos en reacción a conductas sospechosas es la que disminuye a medida que aumenta la edad. Asimismo, los celos mediáticos, o la reactividad a los celos que producen terceras personas famosas, aumentaron con la edad en una pequeña medida. Siendo las personas que tienen mayores niveles de atractivo quienes presentan mayores niveles de celos mediáticos.
Una variable importante de mencionar en torno a los niveles de celos es la sociosexualidad, o la apertura que tienen las personas a establecer vínculos sexuales sin estar enamorados. Esta apertura a la sexualidad en los participantes se relacionó directamente (aumentó) con el mayor atractivo de cada persona así como a la edad de los participantes, y en referencia a los celos, a mayor apertura a relaciones sexuales sin compromiso, menores fueron los niveles de reactividad a los celos. Finalmente, respecto de la apertura a la sexualidad, también se encontró que altos niveles de apertura se asociaron con menores celos sospechosos y mediáticos. Y la autoevaluación inicial de los participantes acerca de si son poco celosos a muy celosos, estuvo directamente relacionada con las puntuaciones obtenidas en el cuestionario de celos y cada una de sus dimensiones.
En síntesis, al parecer las personas tienen una buena autopercepción de sus niveles de celos románticos, sean estos medidos con cuestionarios, distintas dimensiones o bien a través de una pregunta general acerca de sus niveles de celos. Esta emoción se ha planteado como normal en los niveles intermedios que encontramos en los participantes, siendo en general un poco menos de medio punto más altos en mujeres que en hombres.
Agradecimientos
Tras concluir este primer año de estudio te agradezco enormemente tu participación y te invito a visitar la página del Laboratorio de Relaciones Interpersonales y Psicología Evolucionaria (www.labriype.cl) para mantenerte al tanto de nuevas investigaciones, resultados y material de apoyo de la investigación en relaciones interpersonales y psicología evolucionaria.